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Alergias

LA EXPLOSIÓN DE LAS ALERGIAS

Si hay un ámbito de la salud que de forma muy clara tiene que ver con la polución y así es reconocido de una forma absolutamente general, es el que tiene que ver con la alergología y las enfermedades respiratorias. Son enfermedades que manifiestan una clara relación con la calidad del aire que se respira.

Uno de los datos que cada año reiteran los alergólogos es que en las ciudades la incidencia de los procesos alérgicos dobla a la que se da en el campo. El dato choca a algunas personas que no sabiendo distinguir adecuadamente entre las causas y las consecuencias de estas cosas, se dicen ¿pero no hay más polen en el campo?.

Una cosa es lo que produce la enfermedad y otra los síntomas de esa enfermedad. Y las causas están en mayor medida en las urbes polucionadas, en las que además la gente pasa más tiempo en espacios cerrados donde , como comentaremos en otros artículos, se acumulan en mayor medida una serie de elementos perjudiciales. El tema es complejo y cabría introducir muchos matices en cualquier explicación, pero resumidamente y en lenguaje llano, lo que se está dando es una especie de enloquecimiento del sistema inmune que le está haciendo reaccionar ante cosas ante las que de forma natural no lo haría, cosas ante las que, de hecho, nunca antes en la historia evolutiva había reaccionado de este modo. Polen ha habido siempre, pero lo que no ha habido siempre son otra serie de cosas. Los alergólogos tienen cada vez más claro el peso que la contaminación puede estar teniendo en el crecimiento espectacular de estos problemas (junto a algunas tesis como la de la “teoría de la higiene” que, por cierto, no deja de tener más vínculos de los que se piensa con el mismo proceso)

Dentro de los procesos alérgicos hay diversos tipos de manifestaciones, de diversa gravedad, que van desde rinitis alérgicas más o menos leves a casos de asma severos. En los primeros años de este milenio más de 15 millones de ingleses , por hablar de un país occidental típico, sufrían alergia en algún momento de sus vidas, lo que era nada menos que una de cada cuatro personas de aquel país. Pero como la incidencia ha seguido creciendo a más de un 5% anual, la cifra hoy ha de ser superior. En España la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) (1) estima que el porcentaje de población que podría acabar sufriendo procesos alérgicos de diversa entidad , que hoy estaría en torno a un 21% de los habitantes del país, se convierta en nada menos que en un 50% en el lapso tan breve que hay hasta el año 2015.

En otros artículos comentamos las espectaculares cifras de incremento en las incidencias del cáncer , de las alteraciones hormonales, de la infertilidad, de los desarreglos neurológicos,... y volvemos a verlo ahora en relación con los procesos alérgicos. Curiosamente todas estas cosas crecen en paralelo. Curiosamente todas estas cosas, según múltiples investigaciones, tienen vínculos con factores ambientales como puede ser la exposición a contaminantes.

Una de las cosas que más chocantes me resultan siempre es comprobar como tales cifras , a pesar de lo llamativas que son, se asumen con una absoluta naturalidad. Como si no estuviera pasando nada. Vemos que una de cada tres personas será diagnosticada de cáncer y no reaccionamos. La vida sigue , o eso parecemos creer (aunque para un número creciente personas , las afectadas de cáncer, la vida no pueda seguir del mismo modo). Nos dicen que en el 2067 no se va a mover ni uno de nuestros espermatozoides y no pasa nada. Nos dicen que en el 2015 la mitad de la población española padecerá a un nivel u otro procesos alérgicos, y nada. ¿Cuándo se reaccionará?. ¿Acaso cuando haya un 100%?.

Igualmente me sorprende que haya gente a la que no le sorprenda ser alérgico a cosas naturales que nos han rodeado desde antes de que estuviésemos en las cavernas. ¿Qué queda ya?. ¿Que nos hagamos alérgicos al aire o al agua?. No digo a los alimentos porque a eso también hay mucha gente que está haciéndose alérgica, ni digo hacernos alérgicos a nosotros mismos por que algo de eso hay en las enfermedades auto-inmunes.

Mientras muchas personas siguen pendientes de cosas como el polen, confundiendo el efecto con la causa, apenas reparan en que progresivamente el medio en el que viven se va cargando de sustancias irritantes y alergénicas que antes nunca habían estado presentes en tal medida.

Los alergólogos hablan mucho de cosas como las emisiones de los motores diesel que contaminan el aire de las calles. Pero la lista de sustancias que pueden causar o agravar este tipo de problemas es larga. Y son sustancias que en el mundo actual encontramos por doquier. No conviene olvidar que la contaminación puede ser muy superior en espacios cerrados como el interior de un edificio. Dentro de una casa puede haber una gran cantidad de elementos que pueden tener propiedades irritantes, producir alergia o incluso favorecer el asma, según los casos, como algunas contenidas y liberadas por productos de limpieza ,ambientadores, insecticidas, perfumes, tratamientos de muebles, plásticos, pinturas, pegamentos e incluso cosméticos o productos de higiene personal.

Diversos estudios ligan el acentuamiento de reacciones alérgicas a la presencia de contaminantes muy frecuentes en el interior de nuestras casas como los ftalatos. Uno de ellos ( 2 ) a la vez que comentaba el rápido incremento de este tipo de reacciones en las últimas décadas , aludía a una serie de exposiciones inadvertidas, a muy bajos niveles, a sustancias como el DEHP (un ftalato)que podían incrementar la sensibilización del sistema inmunológico y hacerle reaccionar en exceso a pesar de que los niveles de los que comúnmente son considerados alérgenos comunes como puedan ser las escamas de la piel de algunos animales presentes en el polvo no se hayan incrementado en tales espacios. Si reparamos en los niveles de ftalatos y otros contaminantes que hay en el polvo doméstico de muchas casas comprenderemos bien las implicaciones de lo que estamos diciendo.

Precisamente hay estudios que se han ocupado específicamente de escenarios como el que acabamos de describir. Científicos suecos, daneses y norteamericanos publicaron en 2004 una interesante investigación publicada en la revista Environment Health Perspectives, bajo el título “Asociación entre el asma y los síntomas de alergia en niños y los ftalatos en el polvo doméstico” ( 3  ) . El estudio comenzaba apuntando que los ésteres de ftalato son contaminantes globales, extendidos a lo ancho y largo del planeta, polucionando el aire exterior y el de los espacios cerrados. Que la producción mundial de sustancias como el DEHP –di (2-etilhexil) ftalato- ha crecido desde los niveles ínfimos que tenía al final de la Segunda Guerra Mundial a los millones de toneladas al año que se producen hoy, para usos tales como plastificante en el PVC (donde puede ser el 30% del peso de ése plástico), adhesivos de látex, limpiaúñas ,perfumes y diversos productos cosméticos. Que podemos encontrar ftalatos ,como el n-butil-benzil (BBzP) ftalato, en baldosas de vinilo, piel artificial, y ciertos adhesivos , y otros ftalatos en limpiaúñas ,cosméticos, plásticos de celulosa, tintes,... Que consiguientemente hay una gran exposición diaria a estas sustancias en los países industrializados y que ,de hecho, son detectadas en la orina humana ,pudiendo ser absorbidos por diversas vías como la inhalatoria. En ésta investigación ,los científicos tomaron datos de unos 400 niños suecos, la mitad de ellos sin síntomas de alergia y la otra mitad con ellos y se midieron las concentraciones de ftalatos en el polvo de sus casas. Se encontró que existía una asociación, por ejemplo, entre los niveles de n-butil-benzil (BBzP) ftalato y la rinitis y los ezcemas, y entre los de DEHP y el asma. La conclusión era que “los ftalatos, en los niveles a los que son normalmente hallados en los ambientes interiores, están asociados con los síntomas alérgicos en los niños”.

El estudio mostraba como cosas como el que el suelo de los dormitorios infantiles fuese de PVC influía notablemente en los resultados, al detectarse en ellos concentraciones más altas de BBzP y DEHP.

Conviene que recordemos aquí la presencia de ftalatos en gran cantidad de elementos de la vida cotidiana tales como el plástico blando de vehículos, muebles, impermeables, material médico, juguetes, suelos, recubrimientos, envases, ropas,... por no hablar de caucho, barnices, lubricantes, esmaltes para uñas, insecticidas, repelentes de insectos, adhesivos, detergentes, tintas de impresión, cosméticos, jabones, champús o perfumes.

Hay también diversos estudios que muestran como otras sustancias que como los alquilfenoles pueden estar presentes en una multitud de productos, tales como detergentes, también pueden alterar el sistema inmunológico humano. Así lo demuestran estudios in vitro con células mamarias humanas expuestas al nonilfenol en las cuales se inhibía una sustancia que activaba a los monocitos, un tipo de glóbulos blancos (4 ). Estudios con ratones han mostrado como el nonilfenol ,al igual que el bisfenol A del que antes hablamos, puede aumentar los niveles de mensajeros químicos (5 ) de los linfocitos T y de los niveles de anticuerpos (6 ) pudiendo estar vinculado, por tanto, a la exacerbación de las respuestas alérgicas (7 ) . Si hablamos de la rinitis alérgica , por ejemplo, la lista de sustancias que han aparecido ligadas a ella en los más diversos estudios es larga: cromo, cobalto, diisocianatos, látex, niquel, ftalatos,... En cualquier caso , las sustancias citadas son tan sólo unas pocas de entre las muchas que han sido asociadas a reacciones alérgicas como veríamos si nos ocupásemos de otras muchas presentes en los ambientadores, productos de limpieza, cosméticos, etc.

Una de las formas de alergia que están creciendo también de forma espectacular últimamente son las alergias alimentarias. Son un asunto complejo que merecería ser comentado con cierta extensión, aunque aquí no podamos hacerlo. Pero es evidente que en el trasfondo de todo pueden estar jugando una serie de elementos que ya hemos ido viendo, como la cantidad de sustancias que pueden estar alterando nuestra inmunidad, sumados a otros, que pueden ir desde la introducción de alimentos extraños hasta los procesos de manipulación y artificialización que de múltiples formas pueden alterar lo que comemos. Todo sin comentar los contenidos en diversos aditivos que pueden tener y los contaminantes que pueden portar como puedan ser diversas sustancias organocloradas detectadas en carne, pescado, huevos, leche, mantequilla, cereales y otros alimentos (8  ). Evidentemente algo ha cambiado en nuestros cuerpos y en los alimentos, algo que está haciendo que haya problemas con una serie de cosas con las que hace tan sólo unas décadas apenas los había.

 

NOTAS:

 

1 Libro Blanco de la SEAIC.


 

2 Ver, por ejemplo estudios como: Takano et al (2006). Di-(2-ethylhexyl) phtalate enhances atopic dermatitis-like skin lesions in mice. Environmental Health Perspectives 114 : 1266-1269


 

3 Bornehag CG et al. (2004). The association between asthma and allergic symptoms in children and phtalates in house dust: a nested case-control study. Environment Health Perspectives. 112 (14). 1393-1397


 

4 Inadera et al. (2000). Molecular analylis of the inhibition of monocyte chemoattractant protein gene expression by strogens and xenoestrogens in MCF-7 cells. Endocrinology 141 (1): 50-59


 

5 Como la interleucina-4


 

6 IgE


 

7 Lee et al (2003). Enhanced interleukin-4 production in CD4+ T cells and elevated immunoglobulin E levels in antigen-primed mice by bisphenol A and nonylphenol endocrine disruptors. Involvement of nuclear factor.AT and Ca2+ . Immunology; 109 (1): 76-86


 

8 Porta M et al. (2002). Concentraciones de compuestos tóxicos persistentes en la población española: el rompecabezas sin piezas y la protección de la salud pública. Gaceta Sanitaria. 16 (3): 257-266


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