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Disolventes

 

DISOLVENTES

¿DÓNDE SE OCULTAN?


 

Los disolventes orgánicos son compuestos volátiles. Se utilizan para disolver materias primas ,productos o residuos, empleándose para limpiar, modificar la viscosidad, como agente tensoactivo, como plastificante o como vehículo de otras sustancias ,evaporándose una vez que estas se han fijado. Así pues, son usados frecuentemente para pegar , desengrasar, limpiar, plastificar y flexibilizar, pintar y lubricar. Entre los más empleados podrían citarse el 1, 1, 1- tricloroetano, queroseno, diclorometano, tetracloroetileno, tricloroetileno, tolueno, xileno, 2.propanol, n-hexano, butiletilen glicol, CFC 113, o el white spirit (mezcla de hidrocarburos y parafinas). En 1990 se usaron 2.200.000 toneladas métricas de disolventes en la Unión Europea. De ellos un 39% fueron para pinturas, un 13% para desengrasado, otro 13% para artes gráficas, un 10% para recubrimientos adhesivos, un 5% para tratamiento de maderas y otro 5% para producción de fármacos, y porcentajes menores para limpieza en seco, extracción de aceites, producción de adhesivos, procesamiento de caucho o producción de tintas (1).

El que causen emanaciones forma parte de la propia naturaleza de los disolventes, pudiendo alcanzarse concentraciones muy elevadas en espacios cerrados. Pero el problema de los compuestos orgánicos volátiles que emiten los disolventes es muy importante también en espacios abiertos, como sucede con la nube química de estos compuestos que se forma en las grandes ciudades (además están vinculados también a la nociva generación de ozono troposférico).

Dentro de la categoría de disolventes se encuentra un muy amplio grupo de sustancias de muy diversas características. Entre los disolventes se cuentan los disolventes aromáticos como el benceno, el tolueno, el xileno, el estireno, e dietilbenceno, el etilbenceno, el estireno, … También los hidrocarburos alifáticos que, como las parafinas y las isoparafinas, son componentes importantes de la gasolina. Son disolventes alifáticos muy usados la nafta, el ciclohexano, octano, pentano,… Otro grupo son los disolventes halogenados , como el cloroformo, clorobenceno, tricloroetileno, 1,1,1-tricloroetano, clorofluorocarbonos (los famosos CFCs de los que tanto se hablado en relación al agujero en la capa de ozono). También están otros grupos como los éteres de glicol (2).


 


 

¿QUÉ DELITOS SE LES ATRIBUYE?


 


 

Liberan compuestos orgánicos volátiles que han sido asociados, en algún caso a problemas ecológicos como el debilitamiento de la capa de ozono (1, 1, 1- tricloroetano, tetracloruro de carbono, CFCs, HCFCs). Además contribuyen también ,en una aparente paradoja, a la generación de ozono ambiental o troposférico en presencia de la luz solar causando efectos nocivos para la salud humana. Los disolventes orgánicos así como sus envases vacíos son considerados residuos peligrosos (3).

Desde antiguo los disolventes orgánicos han sido asociados por la literatura científica internacional a muchísimos problemas de salud. De hecho, constituyen uno de los grupos de sustancias que más graves problemas de salud producen. Es perfectamente conocida la alta toxicidad de hidrocarburos halogenados como el tetracloruro de carbono, el tricloroetileno, del dicloroetano o el cloroformo, de hidrocarburos aromáticos como el benceno o el tolueno (algunos disolventes aromáticos pueden ser cancerígenos), de cetonas como la acetona o de derivados nitrogenados como la anilina (4). Los disolventes organoclorados suelen ser muy persistentes. Algunos como el 1, 1, 1 tricloroetano suele degradarse en compuestos tóxicos y se sabe que es carcinógeno en animales. En otro grupo, el de los éteres de glicol se ha identificado sustancias que pueden causar efectos de alteración hormonal , ser neurotóxicos o tener toxicidad reproductiva.

Entre los disolventes cancerígenos se han citado, con diferentes niveles de evidencia: benceno, formaldehído, óxido de estireno, percloroetileno, tricloroetileno, tetracloruro de carbono, cloroformo, 1,2-dicloroetano, estireno, cloruro de metileno, ciclohexanona, tolueno, xileno, 1,1,1-tricloroetano o el 1,1-dicloroetileno (5).

Buena prueba de la conciencia existente acerca de la peligrosidad de los disolventes es la gran preocupación que se deriva de la exposición laboral a estos productos (6). Los mayores riesgos para la salud humana derivan de su absorción por la piel o de la inhalación de sus emanaciones. Algunos de ellos, como los clorados, tienden a acumularse en los tejidos grasos, pudiendo llegar a alcanzar concentraciones que comprometan la salud. Muchos disolventes han sido asociados por la literatura científica a abortos espontáneos, malformaciones congénitas, lesiones cerebrales, daños reproductivos o cáncer. Uno de los aspectos que más inquieta acerca de estos productos desde hace mucho tiempo es su conocida neurotoxicidad (7) habiéndose descrito efectos agudos ,en personas y en animales de laboratorio, tales como dificultades respiratorias , narcosis, anestesia, depresión del sistema nervioso central, inconsciencia y muerte. Personas con exposiciones agudas han padecido disfunciones psicomotoras que afectaban a su coordinación y equilibrio, a su tiempo de reacción o a su destreza manual. En otras personas se ha observado neuropatía periférica y encefalopatía tóxica leve.

La epidemiología ha encontrado en trabajadores de algunas industrias efectos crónicos persistentes en la función nerviosa periférica. Y también se han registrado los más diversos efectos neuroconductuales: problemas de memoria, menor capacidad de concentrarse y aprender, inestabilidad emocional, irritabilidad, fatiga, menor control de los impulsos, baja motivación, ... sin excluir los daños en la estructura del sistema nervioso central ligados a efectos irreversibles sobre el intelecto y la memoria (con casos de demencia).

Como sucede con otros muchos grupos de sustancias, a pesar de que sea en el ámbito laboral en el que más preocupación exista, esto no quiere decir, obviamente, que haya de ser el único ámbito que deba inquietar. Es cierto que en determinadas industrias o labores pueden darse situaciones de exposición muy directa e intensa. Pero son muchos los usos cotidianos, mucho más extendidos en la población general, en el que estas sustancias se hallan presentes. Además, el hecho de que muchos de sus compuestos puedan ser contaminantes de aires, suelos ,aguas o alimentos, por ejemplo, añaden otras posibles vías de exposición más general de la población.


 


 

NOTAS:


 


 

1 José Ignacio García Loureiro. Jornadas sobre Química Verde y Producción Limpia. (Universidad de Zaragoza. Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón y CSIC). Mayo 2005


 

2 Éter monobutílico de etilenglicol, éter monobutílico de dietilennglico, éter monometílico de etilenglicol, éter n-butílico de propilenglicol, éter metílico de propilenglicol,...


 

3 Ley 10/ 98


 

4 Toxicología.net. Índice de tóxicos. http://wzar.unizar.es/stc/toxicollogianet/pages/x/x08/05.htm


5 Guía sindical para la eliminación de tóxicos en la limpieza y desengrase de metales. Disruptores endocrinos. Un nuevo riesgo tóxico. ISTAS. 2003.


 

6 Blount E. (ISTAS) Uso de disolventes orgánicos en la industria. Disolventes orgánicos en la limpieza y desengrase de piezas. Curso de Verano de El Escorial sobre “Riesgo tóxico- Protección ambiental, salud laboral y seguridad alimentaria”


 

7 Organic solvent neurotoxicity. Current Intelligence Bulletin 48. March 31, 1987. DHHS (NIOSH) Publication No. 87-104 hhtp://www.cdc.gov/niosh/87104_48.html


 

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